Porque no está diseñada para llegar. El marketing moderno no te vende un celular o un auto: te vende una aspiración 🎯. Es un juego calculado para que siempre sientas que falta algo, que la felicidad está “a un paso”… pero ese paso nunca se da.

¿Cómo el marketing nos mantiene insatisfechos?
Muy simple: mostrándote que siempre hay algo mejor. Si tienes un celular de gama media, te enseñan el modelo premium. Si compras el premium, te recuerdan que hay una marca más exclusiva. Y cuando por fin lo consigues… aparece una nueva versión 📱. Esta estrategia se repite en ropa, autos, viajes, gadgets y hasta en la forma de vivir. Nunca te dicen qué es “suficiente”, y eso asegura que siempre quieras más.
¿Realmente la felicidad se puede comprar?
No, aunque nos lo hayan repetido mil veces. Nos entrenan para pensar que la felicidad llegará cuando tengamos ese producto, ese viaje o esa marca. Pero cuando lo consigues, la emoción dura poco 😶. El brillo se apaga, y vuelve la sensación de vacío. La “solución” que te ofrecen es comprar otra cosa, atrapándonos en una rueda de hámster emocional que nunca se detiene 🐹.
¿Qué es el marketing de la carencia y cómo funciona?

Es un tipo de publicidad que no grita, sino que susurra. Te dice: “Si no tienes esto… te falta algo” o “Si no viajas aquí… no estás viviendo al máximo”. Es un bombardeo constante que entrena tu mente para fijarse en lo que no tienes, en lugar de valorar lo que ya posees 💭. Y como siempre existe algo “mejor”, la insatisfacción se convierte en tu estado habitual.
¿Cómo romper el ciclo de la insatisfacción?
La clave está en redefinir lo que significa ser feliz 🙌. La satisfacción real no está en acumular, sino en aprender a disfrutar lo que ya tienes. En vez de preguntarte “¿Qué más necesito?”, pregúntate “¿Estoy disfrutando lo que ya tengo?”. Ese cambio de enfoque corta el combustible del marketing de la carencia y te devuelve el control.
¿Entonces, cómo vivir sin caer en el engaño del marketing?

Aceptando que el marketing seguirá vendiendo felicidad en cajas bonitas 🎁, pero que la felicidad verdadera no se compra. Depende de ti decidir si seguirás persiguiendo espejismos o si empezarás a construirla desde adentro 🌿.